Hablar de el libro “En el Camino” (On the Road en inglés) es hablar de un libro que marcó el comienzo de una generación a la cual se denominó Generación Beatnik. El autor de este libro y padre de la generación Beatnik no es otro que elescritor Jack Kerouac, quien además de este libro bautizado como la biblia de la generación Beatnik escribió otros libros monumentales. En el camino es un relato escrito con intensidad, que habla de la vida de un joven llamado Sal Paradise (el Pseudonimo que enmascara a Jack Kerouac dentro de la historia), que tras conocer a Dean Moriarty (Neal Cassady en la vida real) comienza su vida en la carretera, la vida que el proclama como su vida en el camino.
Es un libro escrito en una prosa divina, que retrata coherentemente la América Hipster, la Norteamérica juvenil e inconforme…, Estados Unidos desde la visión de un escritor que se convertiría en una celebre estrella que brillará para toda la eternidad.
En el camino es la polémica narración de un aventurero que intenta encontrar una razón y un significado de si mismo, de todo y para todos, un alocado aprendiz que quiere experimentar todo y conocer todo y vivirlo todo, y que consigue algo que no muchos pueden llegar a adquirir, una vida plena y llena del gozo al saber que uno vive, siente y hace lo que uno quiere.
El libro marcó el inicio de algo sagrado que hasta la fecha se mantiene. Es un libro que debe ser leído en la juventud preferentemente, y que muestra una vida espontanea, libre de ataduras y sobre todo que busca resurgir de las cenizas de un mundo como un ave fénix místico.
Jack kerouac consiguió con este libro una proeza literaria que no muchos escritores han podido ni podrán conseguir. Fue criticado y desacreditado por mucho tiempo, hasta que un buen día sus detractores se hicieron viejos y los jóvenes que influenció ocuparon sus puestos y rindieron homenaje a un gran escritor.
Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un ‘¡Ahhh!
A finales de los años cincuenta, un puñado de artistas procedentes de los círculos contraculturales de Nueva York y San Francisco que coincidían en sus postulados artísticos y en su rechazo a las convenciones de su tiempo, y entre los que se encontraban Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Willem de Kooning y William S. Burroughs, se convirtieron en símbolo del malestar de toda una generación de jóvenes norteamericanos.
Aunque no era una figura central de la generación beat, sino más bien un personaje secundario, Joyce Johnson –pareja de Jack Kerouac en aquella época– se convirtió, años después, en una de sus mejores cronistas.
Johnson se hizo adulta durante la posguerra, cuando las jóvenes únicamente abandonaban el hogar paterno para casarse y cuando sólo quienes se atrevían a romper las reglas podían llevar una vida que hoy parecería normal. Sin embargo, desde muy joven, ella se atrevió a desafiar las convenciones y a descubrir los riesgos y el vértigo de vivir tan libremente como había soñado.
En estas evocadoras y sabias memorias, que le valieron el National Books Circle Award, Johnson relata no sólo sus vivencias con los beats y sus turbulentos años al lado de Kerouac, sino también la lucha por su propia independencia.
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